Bautista del Septimo Dia
  Creencias BSD
 
CREENCIAS BAUTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA.


 

Departamento de Estudios Bíblicos de la

Iglesia Bautista del Séptimo Día de España

Apartado 166 – 38530 Candelaria.

Santa Cruz de Tenerife

E – mail bsdtf@hotmail.com

 

Pastor Luis de la Cruz
E – mail basedih@hotmail.com

Groups.msn.com/BAUTISTASDELSEPTIMODIA

 


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
1º LA BIBLIA
2º DIOS
3º JESUCRISTO
4º EL ESPÍRITU SANTO
5º EL HOMBRE
6º LA SALVACIÓN
7º LA SANTIFICACIÓN PRACTICA
8º LA IGLESIA LOCAL
9º LA LEY Y EL EVANGELIO
10º EL SÁBADO
11º EL BAUTISMO
12º LA CENA DEL SEÑOR
13º LA GRAN COMISIÓN
14º EL MUNDO VENIDERO
15º LA ORACIÓN
16º EL ADVERSARIO 



INTRODUCCIÓN


En el año 1991, se crea y organiza la Primera Iglesia Bautista del Séptimo Día de España. En ese mismo año se elaboran por primera vez las creencias fundamentales de la Iglesia.

En esta nueva edición, presentamos la misma verdad (que una vez fue dada a los santos Judas 3), acompañada de citas de teólogos y escritores que confirman aún más, cada una de nuestras creencias.

Nos gustaría dejar bien claro, que para nosotros este documento no es un manual ni nada que se le parezca, que creemos que no hay nada que se asemeje ni que quite valor a la Biblia. De hecho, el lector puede ver que en el primer articulo de nuestras creencias fundamentales, que está dedicado a la Biblia, exponemos con claridad que la Biblia: Es la segura, suficiente y única regla en todo asunto de fe y practica.

La Iglesia de Jesucristo debe retener La forma de las sanas palabras 2ª Timoteo 1. 13, contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos Judas 3, y estar firme en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio Filipenses 1: 27. Para cumplir esta tarea, una confesión o grupo de doctrinas es una útil herramienta para distinguir la verdad del error y para presentar, perfectamente, las doctrinas centrales de la Biblia de una forma integra.


Ptr. Luis de la Cruz 



1 LA BIBLIA



Creemos que la Santa Biblia fue escrita por hombres divinamente inspirados ( 2ª Pedro 1: 21), y que es el fundamento perfecto de instrucción celestial ( 2ª Timoteo 3: 16 y 17) Que tiene por autor a Dios, por objeto la salvación de los pecadores y por contenido la verdad sin mezcla alguna de error (Proverbios 30: 5 y 6). Es la segura, suficiente y única regla de todo asunto de fe y practica.
Creemos que los únicos libros inspirados por Dios, son los (66) que forman parte del canon, Antiguo y Nuevo testamento.

“La Santa Escritura es la única regla suficiente, segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia salvadoras.(1) Aunque la luz de la naturaleza y las obras de la creación y de la providencia manifiestan de tal manera la bondad, sabiduría y poder de Dios que dejan a los hombres sin excusa,(2) no son, sin embargo, suficientes para dar aquel conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación.(3) Por tanto, agradó al Señor, en distintas épocas y de diversas maneras, revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su Iglesia;(4) y posteriormente, para conservar y propagar mejor la verdad y para un establecimiento y consuelo más seguro de la iglesia contra la corrupción de la carne y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó poner por escrito esa revelación en su totalidad, lo cual hace a las Santas Escrituras muy necesarias,(5) habiendo cesado ya aquellas maneras anteriores por las cuales Dios reveló su voluntad a su pueblo.”(6)
1) 2 Ti. 3: 15-17; Is. 8:20; Lc. 16:29,31; Ef. 2:20
2) Ro. 1:19-21,32; Ro. 2:12a, 14, 15; Sal.19:1-3
3) Sal. 19:1-3 con vv. 7-11: Ro. 1:19-21; 2:12ª,
14,15 con 1:16,17 y 3:21.
4) He. 1:1,2
5) Pr. 22:19-21; Lc. 1:1-4; 2 P. 1:12-15; 3:1; Dt.
1 Co. 15:1;2 Ts. 2:1,2,15; 3.17; Ro. 1:8-15; Gá.
4:2o; 6.11; 1 Ti. 3:14ss.; Ap. 1:9,19, 2:1, etc.; Ro. 15:4; 2P. 1:19-21
6) He.1:1,2ª; Hch. 1:21,22; 1 Co. 9:1; 15:7,8; Ef.2:20.

“Los libros comúnmente llamados Apócrifos, no siendo de inspiración divida, no forman parte del canon o regla de la Escritura y, por tanto, no tienen autoridad para la iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni usarse excepto de la misma manera que otros escritos humanos.”(1)
1) Lc. 24.27,44; Ro. 3,2

“La autoridad de la Santa Escrituras, por la que ésta debe ser creída, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia ,(1) sino enteramente de Dios (quien es la verdad misma), del autor de ella; por tanto, debe ser recibida porque es la Palabra de Dios.”(2)
1) 1 Lc. 16:27-31; Gá. 1:8,9; Ef. 2:20
2) 2 Ti. 3:15; Ro. 1:2; 3:2; Hch. 2:16; 4:25; Mt. 13:35; Ro. 9:17; Gá. 3:8; Ro. 15:4; 1Co. 10.11; Mt 22:32; Lc. 16:17; Mt. 22;41ss; Jn. 10:35; Gá. 3:16;Hch. 1:16; 2:24ss; 13:34,35; Jn. 19:34-36; 19:24; Lc. 22:37; Mt.26:54; Jn. 13:18; 2Ti. 3:16; 2P. 1:19-21; Mt.5:17,18; 4:1-11

“El juez supremo, por el que deben decidirse todas las controversias religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos de concilios, las opiniones de autores antiguos, las doctrinas de hombres y espíritus particulares, y cuya sentencia debemos atacar, no puede ser otro sino la Santa Escritura entregada por el espíritu. A dicha Escritura así entregada, se reduce nuestra fe en última instancia.”(1)
1). Mt. 22:29; Hch. 28:23-25
Confesión Bautista de la Fe; Editorial Peregrino, 1997. Pág. 27,28 y 30.

“La Biblia, entonces, es el mensaje de Dios transmitido por agencia humana.
La Biblia no tiene su origen en la vida del hombre, sino que fue enviada de Dios para resolver las necesidades de la vida del hombre.
¿Es la Biblia un libro humano o un libro divino?. Es ambas cosas. Fue escrita por hombres inspirados por Dios. Su mensaje vino de Dios, pero el uso a los escritores bíblicos para comunicar ese mensaje a los hombres. Y al escribir ese mensaje, cada escritor fue libre. El escritor no perdió su individualidad. El hombre fue libre sin perder su individualidad, como si Dios nada hubiera tenido que ver con la entrega del homenaje y con su reducción a la forma escrita. Cada escritor tiene su propio estilo y su modo particular de pensar. El dice las cosas a su propia manera”.
Doctrina Cristiana. Walter Thomas Conner, Pág. 52.
Casa Bautista de Publicaciones.


2 DIOS


Creemos que las Sagradas Escrituras enseñan que hay un Dios vivo y verdadero. Creador y sustentador del Universo, Espíritu infinito, omnipotente, omnipresente y omnisciente (Juan 4:24, Isaías 40:28 y Lucas 1:37).
Indeciblemente glorioso en Santidad (Ezequiel 15:11). Creemos que en la unidad de Divinidad coexisten tres personas distintas que son: El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19), iguales todos en perfección divina, desempeñan oficios distintos, pero armonizan en la grande obra de la redención .

“El Señor nuestro Dios es un Dios único, vivo y verdadero;(1) cuya subsistencia está en el mismo y es de el mismo, infinito en ser y perfección;(2) cuya esencia no puede ser comprendida por nadie sino por El mismo;(3) es espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones, el único que tiene inmortalidad y que habita en luz inaccesible;(4) es inmutable, inmenso, eterno, incomprensible, todopoderoso, infinito en todos los sentidos, santísimo, sapientísimo, libérrimo, absoluto;(5) que hace todas las cosas según el consejo de su inmutable y justísima voluntad, para su propia gloria;(6) es amantísimo, benigno, misericordioso, longánimo, abundante en bondad y verdad, perdonando la iniquidad, la trasgresión y el pecado;(7) galardonador de los que le buscan con diligencia, y sobre todo justísimo terrible en sus juicios, que odia todo pecado y que de ninguna manera dará por inocente al culpable.(8)
1. Dt. 6:4; Jer 10:10; 1 Co. 8:4,6; 1Ts. 1:9
2. Is. 48:12
3. Ex. 3:14; Job. 11: 7,8; 26:14; Sal. 145:3; Ro. 11:33,34
4 .Jn. 4:24; 1Ti. 1:17; Dt. 4:15,16; Lc. 24:39;
5. Mal. 3:6; Stg. 1:17; 1 R. 8:27; Jer. 23:23,24; Hch. 14:11,15;
Stg. 5:17; Sal. 90:2; 1 Ti. 1:17; Gn. 17:1; Ap. 4:8; Is. 6:3;
Ro. 16:27; Sal. 115:3; Ex. 3:14
6. Ef. 1:11; Is. 46:10; Pr. 16:4; Ro. 11:36
7. Ex. 34:6,7; 1 Jn. 4:8
8. He. 11:6; Neh. 9:32,33; Sal. 5:5,6; Neh.1:2,3; Ex. 34:7

En este Ser divino e infinito hay tres subsistencia, el Padre, El Verbo o Hijo y el Espíritu Santo,(1) de una sustancia, poder y eternidad, teniendo cada uno toda la esencia divina, pero la esencia indivisa:(2) el Padre no es de nadie, ni por generación ni por procesión; el Hijo es engendrado eternamente del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo ;(3) todos ellos son infinitos, sin principios y, por tanto, son un solo Dios, que no ha de ser dividido en naturaleza y ser, sino distinguido por varias propiedades relativas peculiares y relaciones personales; dicha doctrina de la Trinidad es el fundamento de toda nuestra comunicación con Dios y nuestra consoladora dependencia de El.
1. Mt. 3:16,17; 28:19; 2 Co. 13:14
2. Ex. 3:1; Jn. 14:11; 1 Co. 8:6
3. Pr. 8:22-31; Jn. 1:1-3,14,18; 3:16; 10:36;
15:26; 16:28; He. 1:2; 1Jn. 4:14; Gá. 4:4-6.
Confesión Bautista de Fe Ed.. Peregrino, 1997. Pág. 31,32

“La creencia en Dios es inherente al hombre. Nadie, puede sin violentar su naturaleza negar a Dios; porque la intuición de su existencia forma parte de nuestra constitución natural (...). Todos los pueblos que menciona la geografía actual, tiene una religión. Las ideas que se hacen de la Divinidad son a veces muy groseras, pero todos la adoran, la creencia en Dios es un elemento característico de la naturaleza humana. La negación de Dios es una excepción malsana, como la ceguera. Al crearnos, Dios ha constituido de tal manera que tengamos la intuición de su existencia y de su presencia”.
Manual de Religión Chrétienne, 2º ed. Pág. 21,22. Philémon Vincent.

“Este es uno de los aspectos fundamentales de este asunto. La obra de Cristo es la obra de Dios. Cristo no es un (delegado) a quien Dios envió, ni el Espíritu Santo es un agente externo enviado por el Padre y el Hijo. La obra de Cristo y la obra del Espíritu Santo es tanto la obra de Dios como es la obra del Padre”.
Doctrina Cristina. Pág. 149 Walter Thomas Conner
Casa Bautista de Publicaciones.


3 JESUCRISTO


Creemos en nuestro Señor Jesucristo como el hijo de Dios, revelación máxima del Padre (Juan 1:18, Hebreos 1:3). Quien bajo a la tierra encarnándose en un cuerpo humano, concebido por obra y gracia del Espíritu Santo en el seno de una virgen (Lucas 1:27 y 35). Honró la ley divina con su obediencia ejemplar y, exento de pecado, con su sangre expiatoria hizo posible la redención del genero humano (Isaías 53:4 y 5)

Agradó a Dios,(1) en su propósito eterno,(2) escoger y ordenar al Señor Jesús, su unigénito Hijo, conforme al pacto hecho entre ambos,(3) para que fuera el mediador entre Dios y el hombre; profeta, sacerdote, y rey; cabeza y salvador de la iglesia, el heredero de toda las cosas, y juez del mundo;(4) a quien dio, desde toda la eternidad, un pueblo para que fuera su simiente y para que a su tiempo lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara.(5)
1. Is. 42:1; Jn. 3:16
2. 1 P. 1:19
3. Sal. 110:4; He. 7:21,22
4. 1Ti. 2:5; Hch. 3:22; He.5:5,6; Sal. 2:6; Lc.1:33; Ef. 1:22,23; 5:23; He. 1:2; Hch. 17:31
5. Ro. 8:30; Jn. 17:6; Is.53:10; Sal. 22:30; 1 Ti. 2:6; Is. 55:4,5; 1 Co.1:30

El Hijo de Dios, la segunda persona en la Santa Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, el resplandor de la gloria del Padre, consustancial con aquel que hizo el mundo e igual a El, y quien sostiene y gobierna todas las cosas que ha hecho,(1) cuando llegó la plenitud del tiempo,(2) tomó sobre sí la naturaleza del hombre, con todas sus propiedades esenciales(3) y con sus debilidades concomitantes,(4) aunque sin pecado;(5) siendo concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen María, al venir sobre ella el Espíritu Santo y cubrirla el Altísimo con su sombra; y así fue hecho de una mujer de la tribu de Judá, de la simiente de Abraham y David según las Escrituras;(6) de manera que, dos naturalezas completas, perfectas y distintas se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta persona es verdadero Dios (7) y verdadero hombre,(8) aunque un solo Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.(9)
1. Jn.8:58; Jl. 2:32 con Ro. 10:13; Sal. 102:25 con He. 1:10; 1P. 2:3 con Sal. 34:8; Is. 8:12,13 con 3:15; Jn. 1:1; 5:18; 20:28; Ro. 9:5, Tit. 2:13; He. 1:8,9; fil. 2:5,6; 2P. 1:1; 1Jn. 5:20
2. Gá. 4:4
3. He. 10.5; Mr. 14:8; Mt. 26:12,26; Lc. 7:44-46; Jn. 13:23; Mt. 26:36-44; Stg. 2:26; Jn. 19:30; Lc. 23:46; Mt. 26:39; 9:36; Mr. 3:5; 10:14; Jn. 11:35; Lc. 19:41-44; 10:21; Mt. 4:1-11; He. 4:15 con Stg. 1:13; Lc. 5:16; 6:12; 9:18,28; 2:40,52; He. 5:8,9
4. Mt. 4:2; Mr. 11:12; Mt. 21:18; Jn. 4:7; 19:28; 4:6; Mt. 8:24; Ro. 8:3; He. 5:8; 2:10,18; Gá. 4:4
5. Is.53:9; Lc. 1:35; Jn. 8:46; 14:30; Ro. 8:3; 2Co. 5:21; He. 4:15; 7:26; 9:14; 1P. 1:19; 2:22; 1Jn. 3:5
6. Ro. 1:3,4; 9:5
7. Ver ref. 1 arriba
8. Hch. 2:22; 13:38; 17:31; 1Co. 15:21; 1Ti. 2:5
9. Ro. 1:3,4; Gá. 4:4,5; Fil. 2:5-11 “
Confesión Bautista de Fe. Editorial Peregrino, 1997.

Creemos que este Salvador divino, habiendo sufrido muerte de cruz, resucitó corporalmente de entre los muertos, venciendo las ligaduras de la muerte (1ª corintios 15:17 al 20, Lucas 24:39). Y ascendió a las cielos donde, a la diestra del Padre, intercede por los suyos (Hechos 7:55. Hebreos 7:25).

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo. ¿Es eso todo? Si, absolutamente todo. No hay mas que hacer... Antes de esta oferta de Salvación a todo aquel que cree, hay en pie la gran obra de Dios en la encarnación de Cristo. Su sufrimiento, su resurrección y su continua vida de intercesión en la Gloria. Todo fue necesario para ser posible tal oferta. Esta obra fue hecha completa., una vez para todos los hombres... ¿Cómo podemos usted y yo alcanzarla?, esto es lo que hace la fe. Hace posible para la persona alcanzar los gloriosos resultados de la obra de Jesucristo en la cruz ... fe en Cristo no es lo mismo que creer en la Biblia o aceptar los credos... es creer en Él, confiarse usted mismo en Él”.
Hechos y Misterios de la Fe Cristiana. Alberto Pieters.
Teólogo de la Iglesia Reformada.


4 EL ESPÍRITU SANTO



Creemos en el Espíritu Santo como la tercera persona de la Divinidad. Dador soberano de todo don espiritual (1ª Corintios 12:4 al 11), y autor del nuevo nacimiento (Juan 3:5 y 6). Su dirección debe ser buscada en los detalles más mínimos, y sus dones deben ser anhelados, porque sin ellos la Iglesia no puede cumplir su ministerio, sin olvidar el fruto que produce el Espíritu Santo en el creyente.

“El nombre del Hijo y el nombre del Espíritu Santo están juntos con el del Padre, y la unión es tan importante que la validez del bautismo es inseparable de ella. Si el Padre es Dios, el Hijo y el Espíritu deben ser Dios también, porque de lo contrario el texto pierde su sentido natural. Asimismo, si el Padre y el Hijo tienen personalidad, debe igualmente tenerla el Espíritu, pues seria absurdo bautizarse en el nombre (¿) de una “ fuerza” o de una mera “influencia”, en conexión con el nombre del Padre y del Hijo. Está clarísimo que, en la última comisión de Cristo, la referencia al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo es a personas, y no a “energías activas”, puesto que las influencias, por carecer de personalidad, no pueden tener nombre propio.

Que el Espíritu Santo tiene atributos de personalidad propia, es una verdad irrefutable a la luz de los textos bíblicos, pues lo que hace el Espíritu no puede hacerlo una mera influencia impersonal. Al Espíritu Santo se le atribuye una mente (Rom. 8:7-27): habla y comisiona (Hech. 10:19-20 y Ap. 2:7); intercede (Rom. 8:26 y Heb. 7:25); llama, selecciona y da órdenes (Hech. 13:2-4); aprueba decisiones (Hech. 15:28): prohíbe y cuida (Hech. 16.6-7): dirige (Hech. 20:28): enseña y recuerda (Jn. 14:26): redarguye al mundo de pecado (Jn. 16:8): distribuye dones según su voluntad (1ª Cor. 12:11): puede ser entristecido (Ef. 4:30): resistido (Hech. 7:51): insultado (Heb. 10:29): mentido (Hech. 5:3): blasfemado y ofendido (Mat. 12:31-32).

Por lo tanto, si el Espíritu Santo puede expresarse hablando, es porque tiene personalidad: si distribuye dones como Él quiere, denota voluntad: si enseña, esto indica que posee inteligencia: si consuela, denota emociones: si recuerda, indica conocimiento: si redarguye, es porque tiene discernimiento de las cosas: y si está dotado de la capacidad de amar (Rom. 15:30), es porque posee sentimientos.
¿Puede una fuerza impersonal tener todas estas facultades y ser además testigo de algo? (Jn. 15:26; hech. 5:32).”
Manual de Teología Apologética. Págs. 244 y 245. S. Vila

“El Espíritu Santo que permanece con nosotros es el único Vicario de Jesucristo. El Espíritu Santo es el verdadero lugarteniente de Jesucristo hasta el momento que regrese. Y únicamente él puede serlo”.
Emilio Guers. Pastor Evangelico.

“En el mismo momento de la conversión, el Espíritu Santo produce en el corazón (por la fe), en un solo instante, las operaciones siguientes, que no son mas que diferentes aspectos de una sola y única intervención:

1º Regenera al creyente
2º Le bautiza
3º Es recibido por él
4º Le adopta
5º Le sella
6º Le entrega las arras de la salvación eterna
7º Va a morar en él
8º Le unge para el servicio”
La persona y la obra del Espíritu Santo. Pág 67 René Pache. Teólogo Evangélico.



5 EL HOMBRE


Creemos que las Escrituras enseñan que el hombre fue creado en santidad, sujeto a la ley de su hacedor (Génesis 1:27), pero que por la transgreción voluntaria cayó de aquel estado santo y feliz (Génesis 3:6 al 24): por cuya causa todo el género humano es ahora pecador (Romanos 5:19), no por fuerza sino por voluntad; hallándose por naturaleza enteramente desprovisto de la santidad que requiere la ley de Dios, inclinado a lo malo, y por lo mismo bajo justa condenación (Efesios 2:1 al 10), sin defensa ni disculpa posible (Ezequiel 18:19 y 20).

“Si bien Dios creó al hombre recto y perfecto, y le dio una ley justa, que hubiera sido para vida si la hubiera guardado, y amenazó con la muerte su trasgresión, sin embargo no permaneció mucho tiempo en este honor,(1) usando Satanás la sutileza de la serpiente para subyugar a Eva y entonces a través de ella seduciendo a Adán que sin ninguna coacción, deliberadamente transgredió la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandato que les había sido dado, al comer del fruto prohibido,(2) lo cual agradó a Dios, conforme a su sabio y santo consejo, permitir, habiéndose propuesto disponerlo para su propia gloria.(3)”
1. Ec. 7:29; Ro. 5:12ª, 14,15; Gn. 2:17; 4:25-5:3
2. Gn. 3:1-7; 2Co. 11:3 1Ti. 2:14
3. Ro.11:32-34; 2S. 24:1; 1Cr. 21:1; 1R. 22:22,23; 2S. 16:10; Hch. 2:23; 4:27,28

“Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y de su comunión con Dios, y nosotros en ellos, por lo que la muerte sobrevino a todos;(1) viniendo a estar todos los hombres muertos en pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.(2)”
1. Gn. 3:22-24; Ro.5:12ss.; 1Co. 15:20-22; Sal.51:4,5; 58:3; Ef.2:1-3; Gn. 8:21; Pr. 22:15
2. Gn. 2:17; Ef. 2:1; Tit. 1:15; Gn. 6:5; Jer. 17:9; Ro. 3:10-18; 1:21; Ef. 4:17-19; Jn. 5:40; Ro. 8:7

“Siendo ellos la raíz de la raza humana, y estando por designio de Dios en lugar de toda la humanidad, la culpa del pecado fue imputada y la naturaleza corrompida trasmitida a su posteridad descendiente de ellos mediante generación ordinaria, siendo ahora concebidos en pecado, y por naturaleza hijos de ira, siervos del pecado, sujetos a la muerte y a todas las demás desgracia- espirituales, temporales y eternas, a no ser que el Señor Jesús los libere.(1)
1. Ro. 5:12ss.; 1Co. 15:20-22; Sal. 51:4,5; 58:3; Ef. 2:1-3; Gn. 8:21; Pr. 22:15; Job. 14:4; 15:14.
Confesión Bautista de fe, Págs. 39 y 40. Editorial Peregrino 1997.

“El error de Adán y Eva fue el de preferirse a ellos mismos antes que a Dios la esencia del pecado es el egoísmo, (Todo pecado se reduce al egoísmo)”.
La Esperanza Cristiana pág 172 Wilfred Monod. Teólogo Reformado.

“Adán es la humanidad en potencia. A los ojos de su creador, la humanidad existía ya en su totalidad en él. Todos los hombres tienen la sangre de su único ancestro, su esencia, la imagen divina, su vida, su alma. Los ha hecho como él mismo era, Santo, les habría trasmitido su naturaleza santificada. Caído, han heredado de él una naturaleza corrupta. Los miembros de la humanidad son así todos solidarios los unos con los otros porque han surgido de un mismo tronco. Ahora bien, esta solidaridad no puede alcanzar a la libertad personal, que forma parte de Dios en nosotros”.
Frederic de Rougemont. Teólogo Evangélico .


6 LA SALVACIÓN


Creemos que Las Sagradas Escrituras enseñan que la salvación de los pecadores es de pura gracia (Regalo de Dios), por la fe en Nuestro Señor Jesucristo (Efesio 2:5; Mateo 18.11) y, en virtud al sacrificio expiatorio de Cristo como único y suficiente Salvador (Juan 3:16; Romanos 3. 24). Creemos que Dios es todo poderoso para mantener a los creyentes salvos y seguros para siempre (Juan 10.27 al 29, Romanos 8. 1; 1ª Corintios 1:4 al 8; Hebreos 7:25).

“La gracia de la fe, por la cual se capacita a los elegidos para creer, para la salvación de sus almas, Es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, y ordinariamente se realiza por el ministerio de la palabra;(1) por la cual, y por la administración del bautismo y la Cena del Señor, la oración y otros medios designados por Dios, esa fe aumenta y se fortalece.(2)”
1. Jn. 6:37,44; Hch. 11:21,24; 13:48; 14:27; 15:9; 2Co. 4:13; Ef. 2:8; Fil. 1:29; 2Ts. 2:13; 1P. 1:2
2. Ro. 10:14,17; Lc. 17:5; Hch. 20:32; Ro. 4:11; 1P. 2:2

“Por esta fe, el cristiano cree que es verdadero todo lo revelado en la Palabra por la autoridad de Dios mismo, y también percibe en ella una excelencia superior a todos los demás escritos y todas las cosas en el mundo, pues muestra la gloria de Dios en sus atributos, la excelencia de Cristo en su naturaleza y oficios, y el poder y la plenitud del Espíritu Santo en sus obras y operaciones; y de esta forma, el cristiano es capacitado para confiar su alma a la verdad así creída;(1) también actúa de manera diferente según sea el contenido de cada pasaje en particular: produciendo obediencia a los mandatos,(2) temblando ante las amenazas,(3) y abrazando las promesas de Dios para esta vida y para la venidera;(4) pero las principales acciones de la fe salvadora tienen que ver directamente con Cristo: aceptarle, recibirle y descansar sólo en Él para la justificación, santificación y vida eterna, en virtud del pacto de gracia.(5)
1. Hch. 24:14; 1Ts. 2:13; Sal. 19:7-10; 119:72
2. Jn. 15:14; Ro. 16:26
3. Is. 66:2
4. 1Ti. 4:8; He. 11:13
5. Jn. 1:12; Hch. 15:11; 16:31; Gá. 2:20

La seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede ser, de diversas maneras, zarandeada, disminuida e interrumpida; como por la negligencia en conservarla,(1) por caer en algún pecado especial que hiera la conciencia y contriste al Espíritu,(2) por alguna tentación repentina o vehemente,(3) por retirarles Dios la luz de su rostro permitiendo, aun los que le temen, que caminen en tinieblas, y no tengan luz;(4) sin embargo, nunca quedan destituidos de la simiente de Dios, y de la vida de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber, por los cuales, mediante la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida con el tiempo; y por los cuales, mientras tanto, los verdaderos creyentes son preservados de caer en total desesperación.(5)
1. He.6:11,12; 2P. 1:5-11
2. Sal. 51:8,12,14; Ef. 4:30
3. Sal. 30:7; 31:22; 77:7,8 116:11
4. Is. 50:10
5. 1Jn. 3:9; Lc. 22:32; Ro. 8:15,16; Gá. 4:5; Sal. 42:5,11. Confesión Bautista de la fe. Págs. 55 y 65. Editorial Peregrino. 1997

“Nuestra exposición sobre el orden de los actos genéticos de la salvación se puede resumir así:

1º La metanoia, o desaprobación, con respecto a si mismo, de su naturaleza y de su vida pasada que siente y confiesa el sujeto.
2º El epístrofe, o aceptación por el creyente de la gracia de Dios en Jesucristo.
3º La justificación, o imputación hecha por Dios al creyente de la justicia perfecta de Cristo, contenida en esta gracia...
4º La regeneración, o efusión del Espíritu Santo en el corazón del creyente justificado, efusión cuyo efecto actual y simultáneo es la primera muerte al pecado y la creación de una nueva vida.
5º La santificación, por el Espíritu Santo, hecho consecutivo a la regeneración, y que se opone a ella como un estado continuo a un acto histórico”.
Exposición de Teología Sistemática. Pág. 254
Agustín Gretillat. Teólogo Evangélico


7 LA SANTIFICACIÓN PRACTICA

Creemos que después de la conversión la vieja naturaleza no desaparece, sino que contiende contra la nueva, siendo el Espíritu Santo el arma para deshacer las obras de esta naturaleza pecaminosa (Romanos 8: 12 y 13, Gálatas 5: 16 al 26). Creemos que todos los creyentes son llamados a vencer “la carne” por medio del Espíritu Santo y a mantener la comunión con el Señor, siendo verdaderamente identificados con Él en su muerte y resurrección (Romanos 6:6 al 14; Gálatas 2: 20, Efesios 4:20 al 24) si responden al llamamiento de Dios a la santificación.

“Estas buenas obras, hechas en obediencia a los mandamientos de Dios, son los frutos y evidencias de una fe verdadera y viva;(1) y por ellas los creyentes manifiestan su gratitud,(2) fortalecen su seguridad,(3) edifican a sus hermanos,(4) adornan la profesión del evangelio,(5) tapan la boca de los adversarios,(6) y glorifican a Dios, cuya hechura son, creados en Cristo Jesús para ello,(7) para que teniendo por fruto la santificación, tengan como fin la vida eterna.(8)
1. Stg. 2:18,22; Gá. 5:6; Ti. 1:5
2. Sal. 116:12-14; 1P. 2:9,12; Lc. 7:36-50 con Mt. 26:1-11
3. 1Jn. 2:3,5; 3:18,19; 2P. 1:5-11
4. 2Co. 9:2; Mt. 5:16
5. Mt. 5:16; Tit. 2:5,9-12; 1Ti. 6:1; 1P. 2:12
6. 1P. 2:12,15; Tit. 2:5; 1Ti. 6:1
7. EF. 2:10; Fil. 1:11; 1Ti. 6:1 1P 2:12; Mt. 5:16
8. Ro. 6:22; Mt. 7:13,14,21-23

La capacidad que tienen los creyentes para hacer buenas obras no es de ellos mismos en ninguna manera, sino completamente del Espíritu de Cristo. Y para ellos pueden tener esta capacidad, además de las virtudes que ya han recibido, se necesita una influencia efectiva del mismo espíritu Santo para obrar en ellos tanto el querer como el hacer por su buena voluntad;(1) sin embargo, no deben volverse negligentes por ello, como si no estuviesen obligados a cumplir deber alguno aparte de un impulso especial del Espíritu, sino que deben ser diligentes en avivar la gracia de Dios que está en ellos.(2)
1. Ez. 36:26,27; Jn. 15:4-6; 2Co. 3:5; Fil. 2:12,13; Ef. 2:10
2. Ro. 8:14; Jn. 3:8; Fil. 2:12,13; 2P. 1:10; He. 6:12; 2Ti. 1:6; Jud. 20:21”
Confesión Bautista de Fe. Págs. 59 y 60. Editorial Peregrino. 1997

“Cambiar su corazón, entregarlo por completo a Dios, es la primera característica de la santificación cristiana. La obediencia es la segunda característica y el complemento de la santificación cristiana”.
Conferencia sobre la Redención. T.2, Págs. 68,69
Jacques Francois Martín. Pastor Evangélico.

“Pablo (Romanos 6:1 al 14) relaciona estrechamente la santificación con la justificación, pero no haciendo la una consecuencia de la otra, sino mas bien estableciendo como fundamento y origen, tanto la una como la otra, la unión íntima y viva del creyente con Cristo por la Fe”.
La Santificación por la Fe, Pág. 101 Charles Rochedieu.
Pastor Evangélico.

8 LA IGLESIA LOCAL


Creemos en la iglesia universal, que es el conjunto de todos los redimidos por Jesucristo en toda época, de todo pueblo, lengua, raza y nación (Apocalipsis 7:9 y 10). Creemos que las Escrituras enseñan que la iglesia local s una congregación de fieles renacidos por el Espíritu Santo, unidos por la fe en el Cristo que fue muerto y vive para siempre (Efesios 1:22 y 23; Romanos 12.5), creemos que su gobierno se establece en conformidad con lo expresado en Filipenses 1:1 y 1ª Timoteo 3.

“Las iglesias más puras bajo el cielo están sujetas a la impureza y al error,(1) Y algunas han degenerado tanto que han llegado a ser no iglesias de Cristo sino sinagogas de Satanás.(2) sin embargo, Cristo siempre ha tenido y siempre tendrá un reino en este mundo, hasta el fin del mismo, compuestos de aquellos que creen en Él y profesan su nombre.(3)
1. Co. 1:11; 5:1; 6:6; 11:17-19; 3Jn. 9,10; Ap. 2 y 3
2. Ap. 2:5 con 1:20; 1Ti. 3:14,15; Ap. 18:2
3. Mt. 16:18; 24:14; 28:20; Mr. 4:30-32; Sal. 72:16-18; 102:28; Is. 9:6,7; Ap. 12:17; 20:7-9

La cabeza de la iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el designio del Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el establecimiento, el orden o el gobierno de la iglesia, está suprema y soberanamente investid.(1) No puede el papa de Roma ser cabeza de ella en ningún sentido, sino que él es aquel Anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de perdición, que se ensalza en la iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama Dios, a quien el Señor destruirá con el resplandor de su venida.(2)
1. Col. 1:18; Ef. 4:11-16; 1.20-23; 5:23-32, 1Co. 12:27,28; Jn. 17:1-3; Mt. 28:18-20; Hch. 5:31; Jn. 10:14-16
2. 2Ts. 2:2-9

En el ejercicio de este poder que le ha sido confiado, el Señor Jesús, a través del ministerio de su palabra y por su Espíritu, llama así mismo del mundo a aquellos que le han sido dados por su Padre,(1) para que anden delante de Él en todos los caminos de la obediencia que Él les prescribe en su palabra.(2) A los así llamados, Él les ordena andar juntos en congregaciones concretas, o iglesias, para su edificación mutua y la debida observancia del culto público, que Él requiere de ellos en el mundo.(3)
1. Jn. 10:16,23 12:32; 17:2; Hch. 5:31,32
2. Mt. 28:20
3. Mt. 18:15-20; Hch. 14:21-23; Tit. 1:5; 1Ti. 1:3; 3:14-16; 5:17-22

Los miembros de estas iglesias son santos por su llamamiento, y en una forma visible manifiestan y evidencian (Por su profesión de fe y su conducta) su obediencia al llamamiento de Cristo;(1) y voluntariamente acuerdan andar juntos, conforme al designio de Cristo, dándose a sí mismos al Señor y mutuamente por la voluntad de Dios, profesando sujeción a los preceptos del evangelio.(2)
1. Mt. 28:18-20; Hch. 14:22,23; Ro. 1:7; 1Co. 1:2 con los vv. 13-17; 1Ts. 1:1 con los vv. 2-10; Hch. 3:37-42; 4:4; 5:13,14
2. Hch. 2:41,42; 5:13,14; 2Co. 9:13

Una iglesia local, reunida y completamente organizada de acuerdo a la mente de Cristo, está compuesta por oficiales y miembros; y los oficiales designados por Cristo para ser escogidos y apartados por la iglesia (así llamada y reunida), para la particular administración de las ordenanzas y el ejercicio del poder o el deber, que Él les confía o al que les llama, para que continúen hasta el fin del mundo, son los obispos o ancianos, y los diáconos.(1)
1 Fil.1:1; 1Ti. 3:1-13; Hech. 20:17,28; Tit. 1:5-7; 1:P.5:2

Siendo la obra de los pastores atender constantemente al servicio de Cristo, en sus iglesias, en el ministerio de la Palabra y la oración, velando por sus almas, como aquellos que han de dar cuenta a Él,(1) es la responsabilidad de las iglesias a las que ellos ministran darles no solamente todo el respeto debido, sino compartir también con ellos todas sus cosas buenas, según sus posibilidades,(2) de manera que tengan una provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en actividades seculares,(3) y puedan también practicar la hospitalidad hacia los demás.(4) Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato expreso de nuestro Señor Jesús, que ha ordenado que los que practican el evangelio vivan del evangelio.(5)
1. Hch. 6:4; 1Ti. 3:2; 5:17; He. 13:17
2. 1Ti. 5:17,18; 1Co. 9:14; Gá. 6:6,7
3. 2Ti. 2:4
4. 1Ti. 3:2
5. 1Co. 9:6-14; 1Ti. 5:18

Aunque sea la responsabilidad de los obispos o pastores de la iglesia, según su oficio, estar constantemente dedicados a la predicación de la Palabra, sin embargo la obra de predicar la Palabra no está tan particularmente limitada a ellos, sino que otros también dotados y cualificados por el Espíritu Santo para ello y probados y llamados por la iglesia, pueden y deben desempeñarla.(1)
1 Hch. 8:5; 11:19-21; 1P. 4:10,11

Todos los creyentes están obligados a unirse a iglesias locales cuando y donde tengan la oportunidad de hacerlo. Asimismo todos aquellos que son admitidos a los privilegios de una iglesia también están sujetos a la disciplina y el gobierno de la misma iglesia, conforme a la norma de Cristo.(1)
1. 1Ts. 5:14; 2Ts. 3:6,14,15; 1Co. 5:9-13; He. 13:17

Puesto que cada iglesia, y todos sus miembros, están obligados a orar continuamente por el bien y la prosperidad de todas las iglesias de Cristo en todos los lugares, y en todas las ocasiones ayudar a cada uno dentro de los limites de su área y vocaciones, en el ejercicio de sus dones y virtudes,(1) así las iglesias, cuando estén restablecidas por la providencia de Dios de manera que puedan gozar de la oportunidad y el beneficio de ello,(2) deben tener comunión entre sí, para su paz, crecimiento en amor y edificación mutua.(3)
1. Jn. 13:34,35; 17:11,21-23; Ef. 4:11-16; 6:18; Sal. 122:6; Ro. 16:1-3; 3Jn. 8-10 con 2Jn. 5:11; Ro. 15:26; 2Co. 8:1-4,16-24; 9:12-15; Col. 2:1 con 1:3,4,7 y 4:7,12
2. Gá. 1:2,22; Col. 4:16; Ap. 1:4; Ro. 16:1,2; 3Jn. 8-10
3. 1Jn. 4:1-3 con 2 y 3 Juan; Ro. 16:1-3; 2Co. 9:12-15; Jos. 22
Confesión Bautista de Fe. Págs. 81, 82, 83 84. Editorial Peregrino, 1997.

“Los bautistas son democráticos de su gobierno eclesiástico. Cada iglesia local es autónoma e independiente en la administración de sus asuntos. Ellos no aplican el término (Iglesia) a ninguna organización que incluya a algo más que la congregación local, y consideran a las juntas, a las asociaciones y a las convenciones, simplemente como cuerpos organizados para la conveniencia en el trabajo cooperativo y para aconsejar en los asuntos de interés común de la Iglesia.

En el capitulo 6 de los Hechos, los apóstoles le pidieron a la multitud que buscara siete hombres que pudieran ser nombrados para la distribución de la ayuda que la Iglesia daba a las viudas; y el decir Gustó a toda la multitud, y ellos (La multitud) eligieron a siete. En Hechos 15, cuando surgió la disputa en cuanto a si debía obligados a los convertidos gentiles a guardar la ley, toda la iglesia vs. 22 decidió el asunto bajo la dirección y el consejo de los apóstoles”.
Doctrina Cristiana. Págs. 313,314. ublic thomas Conner.
Casa Bautista de Publicaciones.


9 LA LEY Y EL EVANGELIO


Creemos que las Escrituras enseñan que la ley de Dios es la norma eterna e invariable de su gobierno moral (Romanos 3:31 y 3.20), que es santa, justa y buena (Romanos 7:7 y 12), que la única causa de la incapacidad para cumplir los preceptos de ella, atribuidas por las Escrituras al hombre caído, es la naturaleza pecaminosa de éste (Romanos 8:7 y : libertarnos de la cual, y restituirnos mediante intercesor a la obediencia de la santa ley, es unos de los principales objetos propuestos en el Evangelio, y también de los medios de gracia relacionados con el establecimiento de la iglesia (Romanos 8:2 al 4).

“La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia después de la caída;(1) y fue dada por Dios en el monte Sinaí, (2) en diez mandamientos, y escrita en dos tablas; lo cuatro primeros mandamiento contienen nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con los hombres.(3)
1. para el Cuarto Mandamiento, Gn. 2:3; Ex. 16; Gn. 7:4; 8:10,12; para el Quinto Mandamiento, Gn. 37:10; para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15; para el Séptimo Mandamiento, Gn. 12:17; para el Octavo Mandamiento, Gn. 31:30; 44:8; para el Noveno Mandamiento, Gn, 27:12; para el Décimo Mandamiento, Gn. 6:2; 13:10,11
2. Ro. 2:12ª, 14,15
3. Ex. 32: 15,16; 34:4,28; Dt. 10:4

Además de esta ley, comúnmente llamada ley moral, agradó a Dios dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales que contenían varias ordenanzas típicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus virtudes, acciones, sufrimientos y beneficios;(1) y en parte proponiendo diversas instrucciones sobre los deberes morales.(2) Todas aquellas leyes ceremoniales, habiendo sido prescritas solamente hasta el tiempo de reformar las cosas, han sido abrogadas y quitadas por Jesucristo, el verdadero Mesías y único legislador, quien fue investido con poder por parte del Padre para ese fin.(3)
1. He. 10:1; Col. 2:16,17
2. 1co. 5:7; 2Co. 6:17, Jud. 23
3. Col. 2:14,16,17; Ef. 2:14-16

La ley moral obliga para siempre a todos, tanto a los justificados como a los demás, a que se la obedezca;(1) y esto no sólo en consideración a su contenido sino también con respecto a la autoridad de Dios, el Creador, quien la dio.(2) tampoco Cristo, en el evangelio, en ninguna manera cancela esta obligación sino que la refuerza considerablemente.(3
1. Mt. 19:16-22; Ro. 2:14,15; 3:19,20; 6:14; 7:6; 8:3; 1Ti. 1:8-11; Ro.13:8-10; 1Co. 7:19 con Gá. 5:6; 6:15; Ef. 4:25-6:4; Stg. 2:11,12
2. Stg. 2:10,11
3. Mt. 5:17-19; Ro. 3:31; 1Co. 9:21; Stg. 2:8

Los usos de la ley ya mencionados tampoco son contrarios a la gracia del evangelio, sino que concuerdan armoniosamente con él; pues el Espíritu de Cristo subyuga y capacita la voluntad del hombre para que haga libre y alegremente lo que requiere la voluntad de Dios, revelada en la ley.(1)
1 .Gá 3:21; Jer. 31:33; Ez. 36:27; Ro. 8:4; Tit. 2:14.
Confesión Bautista de Fe. Págs. 66, 67, 68. Editorial Peregrino, 1997.

“El Evangelio abolió las ordenanzas de la ley ceremonial, los tipos y las figuras que necesariamente tenían que finalizar con la aparición del gran antitípo que anunciaban (Cristo). Pero está claro que no abolió ninguna de las prescripciones de la ley moral”.
Charles Grandison Finney: Evangelista, promotor de reavivamiento.

“Hay que distinguir. La ley de los ritos había terminado; Jesucristo al haber rasgado el velo, Jesucristo al haber derribado el muro de separación que la dispensación mosaica erigía entre el pueblo judío y el resto de la humanidad, todo ese conjunto de ceremonias y observancias, que no eran más que una vasta y permanente profecía, se iban a disipar como la niebla antes lo rayos del sol de la mañana... No podía suceder lo mismo con la ley moral, inmutable, por naturaleza, universal, eterna....”.
Alexandre Vinet Teólogo Evangélico.

10 EL SÁBADO


Creemos que las Sagradas Escrituras enseñan que el sábado es el día de descanso, que fue creado para el hombre (Marcos 2:27). Que fue el mismo Cristo su creador (Juan 1.39), que lo bendijo y lo santificó (Génesis 2:1 al 3). Que el sábado forma parte del decálogo (4º mandamiento) (Éxodo 20:8 al 11; Santiago 2:10 al 12). Y que el creyente debe dedicar el día del Señor (Mateo 12:8) a su vida espiritual sin la carga del trabajo del resto de la semana (Isaías 58:13 y 14).

En Génesis 2:1-3 se nos informa que al terminar la creación del mundo, Dios bendijo y santificó el séptimo día. Recordemos que “santificar” quiere decir “apartar para un uso sagrado”. No exístía, entonces, Judíos ni otras razas, sino solamente Adán y Eva. Por lo tanto, originalmente el Sábado se hizo para el hombre. El Sábado no es una institución judía, porque fue establecido 2.300 años antes que existiera un solo judío. La Biblia nunca lo llama el Sábado judío, sino siempre “el Sábado del Señor tu Dios”.

“Jesús guardó el sábado, Lucas 4. 16. No se encuentra ningún indicio en los evangelios que nos haga suponer que Él tuviese La intención de abolir el día de reposo o cambiarlo por otro. Sin embargo, si se preocupo en despejar toda la tradición humana, toda la carga que el pueblo de Israel había colocado sobre el sábado, 5:8 y 9; Mateo 12:1 al 14. Dejando siempre bien claro, que él es el Señor del sábado, puesto que él lo había creado Juan 1:1 al 3”.

El asunto en conflicto no era el sábado, sino la correcta manera de observarlo:
(1) Jesús, liberó al sábado de las “restricciones rabínicas”, y las “tradiciones de los hombres”. Además de la Ley, los judíos acumularon una “Ley oral” voluminosa, “la tradición de los ancianos” (Mc. 7:5-13; Gá. 1:14; Col. 2:8), que finalmente se codificó en el Talmud.
(2) Jesús elevó al sábado a su legítima posición, como un día de felicidad, de alegría y de servicio dedicado a la adoración a Dios (Isa. 66:23; Sal. 118:24; Mat. 12:12; 24:20).
(3) Jesús, no revocó ni anuló el sábado cuando lo despojó de las acumulaciones de las cargas insoportables y de las restricciones rabínicas (Mat. 5:17-20).
(4) Jesús consideraba los actos de caridad compatibles con la santidad del sábado: “Misericordia quiero y no sacrificios” (Mateo 12:7); “está permitido hacer el bien en sábado” (Mateo 12:12).
(5) Aún la oración, el ayuno y la limosna fueron redefinidos por Jesús (Mateo 6:1-18), y otros mandatos (Juan 8:1-11).

“La intención de Jesús sobre el sábado, se aprecia claramente, cuando en el gran discurso profético, y hablando de la destrucción de Jerusalén, (Que ocurriría en el año 70 después de Cristo), les dice: “Orad para que vuestra huida no sea ni en invierno ni en sábado” Mateo 24:20
Auguste Eschenauer Pastor Reformado.

“No existe un mandamiento en la Biblia que ordena observar el domingo como día de descanso... ¿Por qué se guarda el domingo?... El séptimo día no es el primero... si me decís: lo previsto para el sábado es transferido al domingo, entones os desafío a demostrarme un solo pasaje, una sola palabra de la Biblia que lo apruebe”.
H. Bielenberg. Reverendo Luterano.

“Para los discípulos de Cristo, el reposo dominical no es una institución divina”.
Jules Bovon. Teólogo Evangélico.

“Jesús espiritualizó la observancia del sábado al completarla y despojarla de todo lo que tenía de estrecho, de rígido y de formalista”.
Auguste Eschenauer. Pastor Reformado.

“El sábado se menciona 58 veces en el Nuevo Testamento, siempre con su carácter especifico de día sagrado, del reposo, del culto y de las obras de misericordia”.
Abram Lewis. Pastor Bautista del séptimo Día

“El gran Maestro, jamás declaró que el sábado fuese una ordenanza ceremonial que tenía que cesar con el ritual mosaico”.
William Killer. Pastor Presbiteriano.


11 EL BAUTISMO


“Creemos que las Escrituras enseñan que las personas que han procedido al arrepentimiento de sus pecados y han aceptado por la fe al Hijo de Dios “Han nacido de nuevo” (Juan 3:3 al 7), deben solicitar ser bautizados por inmersión para testimonio de su fe e identificación con la muerte y resurrección de Cristo (Romanos 6:3 al 5). Se administrará en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19 y 20).

“El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por Jesucristo, con el fin de ser para la persona bautizada una señal de su comunión con El en su muerte y resurrección, de estar injertado en El,(1) de la remisión de pecados(2) y de su entrega a Dios por medio de Jesucristo para vivir y andar en novedad de vida.(3)
1. Ro. 6:3-5; Col. :12;Gá. 3:27
2. Mr. 1:4; Hch. 22:16
3. Ro. 6:4

Los que realmente profesan arrepentimiento para con Dios y fe de nuestro Señor Jesucristo y obediencia a Él son los únicos sujetos adecuados de esta ordenanza.(1)
1. Mt. 3:1-12; Mr. 1:4-6; Lc. 3:3-6 Mt. 28:19,20; Mr. 16:15,16; Jn. 4:1,2; 1Co. 1:13-17; Hch. 2:37-41; 8:12,13,36-38; 9:18; 10:47,48; 11:16; 15:9; 16:14,15,31-34; 18:8; 19:3-5; 22:16; Ro. 6:3,4; Gá. 3:27; Col. 2:12; 1P. 3:21; Jer. 31:31-34; Fil. 3:3; Jn. 1:12,13;Mt. 21:43.

El elemento exterior que debe usarse en toda ordenanza es el agua, en la cual ha de ser bautizada(1) la persona en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.(2)
1. Mt. 3:11; Hch. 8:36,38; 22:16
2. Mt. 28:18-20

La inmersión de la persona en el agua es necesaria para la correcta administración de esta ordenanza.(1)
1. 2 R. 5:14; Sal. 69:2; Is. 21:4; Mr. 1:5,8-9; Jn 3:23; Hch. 8:38; Ro. 6:4; Col. 2:12; Mr. 7:3,4; 10:38,39; Lc. 12:50; 1Co. 10:1,2; Mt. 3:11; Hch.1:5,8; 2:1-4,17.
Confesión Bautista de Fe. Pág. 89. Editorial Peregrino. 1997.

“La doctrina que distingue a los Bautistas se refiere esencialmente al bautismo, creen que hay que administrarlo solamente a los creyentes adultos, porque sólo estos pueden recibirlo plenamente y concientes de cumplir un acto de fe y de arrepentimiento, y de aceptar la salvación en el nombre del Señor”.
Las Grandes Religiones. Tomo 6. págs. 610-613
Plaza y Janes S. A. Editores.

“El Nuevo Testamento enseña que hay dos ordenanzas: el bautismo y la Cena del Señor. No son mágicos ni confieren de si gracia alguna. Son, más bien, símbolos significativos de la experiencia cristiana, actos que traen a la memoria a Cristo, quien murió para que los hombres vivan (1ª Corintios 11:26).
El bautismo es la inmersión en agua de una persona ya salvada para simbolizar su muerte al pecado y la resurrección a una vida nueva en Cristo (Romanos 6:4; hechos 8:36 al 39) “.
Los bautistas en la Historia. Pág. 18. Roberto A. Baker
Casa Bautista de publicaciones.



12 LA CENA DEL SEÑOR


Creemos que las Escrituras enseñan que debemos celebrar la Cena del Señor, instituida por el mismo Cristo (Mateo 26:20 al 29), y que debe efectuarse con pan y vino, símbolo del cuerpo y de la sangre del Señor. Quedando a elección de la iglesia la frecuencia con que debe observarse, por no existir en la Biblia ningún mandamiento al respecto (1ª Corintios 11. 26). La cena del Señor se celebra como un memorial constante, para recordar la muerte del Señor Jesucristo hasta que venga. Una buena conducta y un proceder piadoso debe observarse entre los participantes a la mesa del Señor.

“La Cena del Señor Jesús fue instituida por Él. la misma noche en que fue entregado,(1) para que se observara en su Iglesia (2) hasta el fin del mundo,(3) para el recuerdo perpetuo y para la manifestación del sacrificio de sí mismo en su muerte,(4) para confirmación de la fe de los creyentes en todos los beneficios de la misma,(5) para su alimentación espiritual y crecimiento en Él,(6) para un mayor compromiso en todas las obligaciones que le deben a Él,(7) y para ser un vínculo y una prenda de su comunión con Él y entre ellos mutuamente.(8)
1. 1Co.11:23al26; Ma.26:20-26; Mr. 14:17-22; Lc. 22:19-23
2 Hch. 2:41,42; 20:7; 1Co. 11:17-22,33,34
3 Mr. 14:24,25; Lc. 22:17-22; 1Co. 11:24-26
4 1Co. 11:24-26; Mt. 26:27,28; Lc. 22:19,20
5 Ro. 4:11
6 Jn. 6:29,35,47-58
7 1Co. 11:25
8 1Co. 10:16,17

En esta ordenanza Cristo no es ofrecido a su Padre, ni se hace en absoluto ningún verdadero sacrificio para la remisión del pecado ni de los vivos ni de los muertos; sino que solamente es un memorial de aquel único ofrecimiento de sí mismo y por sí mismo en la cruz, una sola vez para siempre,(1) y una ofrenda espiritual de toda la alabanza posible a Dios por el mismo.(2) Así que el sacrificio papal de la misa, como ellos la llaman, es sumamente abominable e injurioso para con el sacrificio mismo de Cristo, la única propiciación por todos los pecados de los elegidos.
1. Jn. 19:30; He. 9:25-28; 10:10-14; Lc. 22:19; 1Co. 11:24,25
2. Mt. 26:26,27,30 con He. 13:10-16

El Señor Jesús, en esta ordenanza, ha designado a sus ministros para que oren y bendigan los elementos del pan y del vino, y que los aparten así del uso común para el uso sagrado; que tomen y partan el pan, y tomen la copa y (participando también ellos mismos) den ambos a los participantes.(1)
1. 1Co. 11:23-26; Mt. 26:26-28; Mr. 14:24,25; Lc. 22:19-22

El negar la copa al pueblo,(1) el adorar los elementos, el elevarlos o llevarlos de un lugar a otro para adorarlos y el guardarlos para cualquier pretendido uso religioso,(2) es contrario a la naturaleza de esta ordenanza y a la institución de Cristo.(3)
1. Mt. 26:27; Mr. 14.23; 1Co. 11:25-28
2. Ex. 20:4,5
3. Mt. 15:9

1Co. 11:27; Los elementos externos de esta ordenanza, debidamente separados para el uso ordenado por Cristo, tienen tal relación con Él crucificado que en un sentido verdadero, aunque en términos figurativos, se llaman a veces por el nombre de las cosas que representan, a saber: el cuerpo y la sangre de Cristo;(1) no obstante, en sustancia y en naturaleza, esos elementos siguen siendo verdadera y solamente pan y vino, como eran antes.(2)
1. Mt. 26:26-28
2. 1Co. 11:26-28; Mt. 26:29

Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo (llamada comúnmente transustanciación), por la consagración de un sacerdote, o de algún otro modo, es repugnante no solo a la Escritura (1) sino también al sentido común y a la razón; echa abajo la naturaleza de la ordenanza; y ha sido y es la causa de muchísimas supersticiones y, además, de crasas idolatrías.
1. Mt. 26:26-29; Lc. 24:36-43,50,51; Jn. 1:14; 20:26-29 Hch. 1:9-11; 3:21; 1Co. 11:24-26; Lc. 12:1; Ap. 1:20; Gn. 17:10,11; Ez. 37:11; Gn. 41:26,27
Confesión Bautista de Fe: Pág. 90, 91. Editorial Peregrino. 1997.

“Contra la opinión y la practica de la iglesia romana, sostenemos que tanto el vino como el pan de la cena tienen que ser dados a todos los fieles, según la orden de Jesucristo”.
Le vérité chrétenne. Pág. 169. Charles Édouard Barut.

“Nosotros creemos, que la Cena del Señor es simbólica en su significado... la cena es un acto conmemorativo de la muerte de Cristo por nuestros pecados. El hace que el pan represente su cuerpo quebrantado y que el vino represente su sangre derramada para la remisión de los pecados (Mateo 26. 26 al 28). Pablo dice que siempre que nosotros comemos del pan y bebemos del vino, anunciamos la muerte del Señor. El pan y el vino constantemente nos recuerda el cuerpo quebrantado y la sangre derramada del Salvador”.
Doctrina Cristiana. Págs. 339-340 Walter thomas Conner
Casa Bautista de Publicaciones


13 LA GRAN COMISIÓN


Creemos que las Escrituras enseñan que la misión, de la Iglesia en general, y de todo cristiano en particular, es la proclamación del Evangelio a toda criatura (Marcos 16: 15), empezando la labor, allá donde Dios nos ha puesto (Hechos 1: , y llegar, con el Evangelio de Cristo, a todo el mundo. (Mateo 24: 14). Sin importar: lengua, raza o color, pues todos somos iguales, sin distinción, en Cristo Jesús. (Gálatas 3: 28; Romanos 1: 16).

“La Iglesia, en el sentido propio del termino, es una asociación de profesantes unidos con miras a un misma actividad, para la extensión del reino de Dios en la tierra”.
Jules Bovon, Teólogo Evangélico.

Poco después de resucitar, Cristo dio a sus discípulos, lo que fue, ha sido y debe ser; la gran comisión para todo cristiano. Jesús dijo:

“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones; bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Mateo 28: 19 y 20

De este pasaje aprendemos:

1) Tenemos la obligación de salir y evangelizar a las personas con las cuales nos relacionamos, “Id y haced discípulos”.
2) Que además, esta misión se debe hacer en todo el mundo, “A todas las Naciones”.
3) Para incorporar a todas las personas que aceptan a Jesucristo a su Iglesia, “Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu santo”.
4) Para enseñarles (no parte) sino, toda la doctrina de Cristo, toda lo que El enseño y que se encuentra registrado en su Palabra, “Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”.
5) Con la seguridad, que tenemos con nosotros, el respaldo de Jesucristo y la guía del Espíritu Santo (Hechos 1: 8; Lucas 11: 13 y 12: 11, 12) “Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.

Métodos de evangelización según el Nuevo Testamento.

1º Personal: “... Entonces Felipe, tomando como punto de partida el lugar de la Escritura que el Etiope leía, le anunció la buena noticia acerca de Jesús ...” (Hechos 8:26-39).
2º Público: “... Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas ...” (Hechos 2:37-41).
3º Escrito: “Me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden ... para que conozcas bien la verdad ...” (Lucas 1:3-4).
4º En las casas: “Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa” (Hechos 16:32). Lea también Hch. 20:20; Rom. 16:5; Col. 4:15.
5º En lugares de oración: “El sábado salimos fuera de la ciudad, junto al río, donde suponíamos que había un lugar de oración ... hablamos a las mujeres que se habían reunido” (Hechos 16:13).
6º Clases bíblicas: “Quedaron todo un año allí con la iglesia, y enseñaron a mucha gente” Hechos. 11:26.

“Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa” (1 Pedro 2:9).

“Hacer prosélitos es una obra digna de un fariseo; pero nuestro propósito debe ser llevar a los hombres a Dios”.
C. H. Spurgeon, Pastor y Escritor Bautista


14 EL MUNDO VENIDERO


Creemos que las Escrituras enseñan que se acerca el fin de este mundo (1ª Pedro 4.7), que en el día postrero Cristo descenderá del cielo (Hechos 1:11), y levantará los muertos del sepulcro para que reciban su retribución final (Hechos 24:15); que entonces se verificará una separación solemne (Mateo 13:49), que los impíos sentenciados al castigo, y los justos al gozo sin fin (Mateo 25:31 al 46), este juicio determinará para siempre, sobre los principios de justicia, el estado final de los hombres, en el cielo o en el infierno (2ª Tesalonicenses 1:9 al 12).
Creemos que el creyente al morir:

a) Su espíritu se traslada directamente al cielo (Eclesiastés 12: 7, Lucas 23:43 al 46; Hechos 7:59 y Lucas 16:22 y 23).
b) Sabemos que si nuestra morada terrestre (nuestro cuerpo),se deshace, tenemos de Dios una morada eterna en los cielos (2ª Corintios 5:1 al 6 y 8, Filipenses 1:22 y 23).
c) Para el creyente, el vivir es Cristo y el morir es ganancia (Filipenses 1:21; 2ª Timoteo 4.6 al .
d) Ni la muerte nos puede separar del amor de Dios (la salvación) (Juan 3.16; Romanos 8.35 al 39).
e) Con la seguridad de que los muertos, no pueden comunicarse con los vivos, pues no tienen más parte en lo que se hace debajo del sol (Eclesiastés 9.5 y 6; Isaías 8:19 y 20; Lucas 19:31 y Deuteronomio 18:10 y 11).

“Los santos que se encuentren vivos en el último día no dormirán, sino que serán transformados,(1) y todos los muertos serán resucitados (2) con sus mismos cuerpos, y no con otros,(3) aunque con diferentes cualidades,(4) y éstos serán unidos otra vez a sus almas para siempre.(5)”
1. 1Co. 15:50-53; 2Co. 5:1-4; 1Ts. 4:17
2. Dn. 12:2 Jn. 5:28,29; Hch. 24:15
3. Job. 19:26,27 Jn. 5: 28,29; 1Co. 15:35-38,42-44
4. 1Co. 15:42-44,52-54
5. Dn. 12:2 Mt. 25:46

“Los cuerpos de los injustos, por el poder de Cristo, serán resucitados para deshonra;(1) los cuerpos de los justos, por su Espíritu,(2) para honra,(3) y serán hechos entonces semejantes al cuerpo glorioso de Cristo.(4)”
1. Dn. 12:2 Jn. 5:28,29
2. Ro. 8:1,11; 1Co. 15:45; Gá. 6:8
3. 1Co. 15:42-49
4. Ro. 8:17,29,30; 1Co. 15:20-23,48,49; Fil. 3:21; Col. 1:18; 3:4 1Jn. 3:2 Ap. 1:5.
Confesión Bautista de Fe. Pág. 93, 94. Editorial Peregrino. 1997.

“Todo aquel que sea realista pensará sin duda sobre su muerte y sobre la eternidad, puesto que la eternidad es un estado permanente, al cual podemos entrar quizá muy pronto, como más tarde dentro de una década. La actuación típica de un realista es hacer previsiones por adelantado”.
¿Qué hay después de la muerte?. Pág. 25 M. Basilea Schlink. CLIE.


15 LA ORACIÓN


Creemos que las Sagradas Escrituras enseñan que Dios oye y contesta las oraciones de los creyentes (Santiago 1:5), de acuerdo a su Santa Voluntad (Juan 15:7; 1ª Juan 5. 14 y 15).

“¿Qué significa el hecho universal de la Oración? ¿Qué es orar? Orar es pedir. La oración puede ser una mezcla de acciones de gracias y de actos de adoración, pero la oración en si misma es una petición, esta petición asciende a Dios”.
Le Peré céleste. Pág. 297 Ernest Naville, filósofo.

“Todo hombre que admita la existencia de Dios, reconocerá la necesidad de la oración. Si existe un Dios creador de este vasto universo, es necesario que el hombre lo adore, le agradezca, le alabe, reconozca su dominio, se humille ante él por sus faltas, le pida misericordia y auxilio. De manera que la oración, de una u otra forma, tiene que ocupar, en la vida de todo hombre que no sea ateo, un lugar importante”.
Michel Ferdinand Carbol Benedictino Francés.

“La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía sobre todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído, y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas.(1) Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios está instituido por El mismo, y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, ni bajo ninguna representación visible ni en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras.(2)”
1 Jer. 10:7; Mr. 12:33
2 Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2R. 16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt. 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos. 1:7; 23:6-8; Mt. 15:13; Col. 2:20-23; 2Ti. 3:15-17

“La adoración religiosa ha de atribuirse a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a El solamente;(1) no a los ángeles, ni a los santos, ni a ninguna otra criatura;(2) y desde la caída, no sin un mediador; ni por la meditación de ningún otro, sino solamente de Cristo.(3)”
1. Mt. 4:9,10; Jn. 5:23; 2Co. 13:14
2. Ro. 1:25; Col. 2:18; Ap. 19:1
3. Jn. 14:6; Ef. 2:18; Col. 3:17; 1Ti. 2:5

“Siendo la oración, con acción de gracias, una parte de la adoración natural, la exige Dios de todos los hombres.(1) Pero para que pueda ser aceptada, debe hacerse en el nombre del Hijo,(2) con la ayuda del Espíritu,(3) conforme a su voluntad,(4) con entendimiento, reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia;(5) y cuando se hace con otros, en una lengua conocida.(6)”Sal. 95:1-7; 100:1-5
1. Jn. 14:13,14
2. Ro. 8:26
3. 1Jn. 5:14
4. Sal. 47:7; Ec. 5:1,2; He. 12:28; Gn. 18:27; Stg. 5:16; 1:6,7; Mr. 11:24; Mt. 6:12,14,15; Col. 4:2; Ef. 6:18
5. 1Co. 14:13-19,27,28

“La oración ha de hacerse por cosas lícitas, y a favor de toda clase de personas vivas, o que vivirán más adelante;(1) pero no a favor de los muertos ni de aquellos de quienes se pueda saber que han cometido el pecado de muerte.(2)”
1. Jn. 5:14; 1Ti. 2:1,2; Jn. 17:20
2. 2S. 12:21-23; Lc. 16:25,26; Ap. 14:13; 1Jn. 5:16”
Confesión Bautista de Fe. Págs. 73, 74. Editorial Peregrino. 1997

“Debemos orar al Padre, en el nombre del Hijo; lo cual no es una fórmula vacía, es una profunda e inefable realidad. Nuestras oraciones son la expresión de los sentimientos y de los deseos de Jesucristo, cuando les permitimos que nazcan en nosotros por el Espíritu Santo. En resumen, la oración se dirige al Padre, en el nombre de Cristo, por el Espíritu Santo”.
El Misterio de la Fe. Pág. 226 Ruben saillens. Pastor Bautist


16 EL ADVERSARIO


Creemos que las Escrituras enseñan la existencia de un tentador llamado Satanás, ángel de luz caído, engañador y enemigo de los redimidos (Mateo 4.3 al 10; Zacarías 3:1y 1ª Tesalonicenses 2:18).

“Encontramos en las Sagradas Escrituras un personaje fatídico, autor del pecado, quien introdujo el mal en el mundo al tentar a Eva y hacerla caer a ella, y Adán en desobediencia al mandato de Dios. Aunque no se le da el nombre de Satanás en el relato de la caída, sino que es presentado bajo la figura de una serpiente, su identificación nos es dada en otros pasajes de las Escrituras como 2ª Corintios 11:3 y Apocalipsis 20:2.
Sabemos que engañó a nuestros primeros padres, pero ¿qué pecado hizo él?, ¿cuál fue el motivo de su propia caída?
No tenemos ninguna historia detallada de tal suceso, sino tan sólo referencias bíblicas que, hilvanadas convenientemente, permiten formarnos una idea mas o menos precisa del origen, condición y caída de Satanás.
Satanás fue en su origen un ser bello y luminoso que se llenó de orgullo y quiso ser como Dios. La literatura popular habla de los < diablos> en plural y en <demonio> en singular, pero ateniéndonos al lenguaje de las Sagradas Escrituras ha de ser al revés. No hay mas que un diablo, llamado Satanás, que significa, en hebreo, adversario, y en griego –diabolos-, calumniador, y muchos demonios que obedecen sus instrucciones y le sirven de agentes, a los cuales el pueblo da el nombre de diablo. Hay, pues, un diablo y muchos demonios.
En ninguna parte de la Escritura se describe al diablo como un ser horripilante de cuernos y cola, sino como un ángel caído; un ser anteriormente hermoso y luminoso, pero actualmente privado de luz y hermosura.
Libros CLIE. Manual de Teología apologética. Págs. 249, 250. Samuel Vila.

“Satanás significa opuesto, adversario. Este nombre designa a aquel que se opone”.
El Apocalipsis, documento de Redención. Pág. 94 Gertrude Escande.

“Con los pensadores de todos los siglos nos hemos preguntado todos más de una vez: ¿Cómo ha sido tan longánime la paciencia de Dios para con Satanás y con los hombres de este mundo? ¿Por qué no destruyó Dios a Satanás en el mismo instante en que se mostró rebelde, una vez de despojarle tan sólo de algunos de sus privilegios y dejarle durante siglos como rey invisible de este mundo, permitiendo, además que el hombre viniera a ser durante generaciones el blanco de sus maquinaciones y de sus engaños? ¿No habría sido un procedimiento más expedito y mucho menos costoso para el mismo Dios aniquilarle que dejarle engañar a los seres humanos, para luego tener que deshacer la obra del diablo a un precio tan alto como es la encarnación del Verbo Divino y la redención obrada en el calvario?
¡Oh, no! ¡Podemos decir aquí que los pensamientos de Dios son, sin duda, muchísimo más altos que nuestros pensamientos! La aniquilación del Adversario no habría revelado el carácter moral de Dios, ni le habría glorificado, como lo hace el plan de la Redención. La aniquilación del Adversario habría dado una imagen parcial del carácter de Dios, la imagen de su justicia, pero no de su amor. Nunca se habría podido escribir: <De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito>: ni habría podido ser avergonzado el gran Adversario con el ejemplo de los mártires que creyeron sin ver, y de los millones de creyentes fieles que hemos confiado en Dios, a pesar de todo y contra todo, en medio de diversas pruebas; ni existiría por la eternidad una Iglesia de Redimidos que glorificará a Dios, con amor y gratitud, entre principados y potestades en los cielos (Ef. 3:10).
Libros CLIE. Manual de teología Apologética. Págs. 264, 265. Samuel Vila.

“... Satanás ha pasado a los idiomas modernos como sinónimo del Diablo, el gran enemigo de las almas. Príncipe de los ángeles caídos, el acusador y calumniador de los hombres ante Dios (Job. 1:6 al 12; Zacarías. 3:1 y 2 y Apocalipsis. 12.9 y 10). Es el tentador que induce a los hombres a pecar (1ª Crónicas 21.1 y Lucas 22:31, y, por tanto es el autor del mal que aflige a los hombres”.
Diccionario Bíblico Ilustrado. Pág. 1060 Samuel Vila y Darío Santamaría. CLIE.


























 
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